Con las motos sucede lo mismo que con los coches, si te gusta conducir, que es lo más importante, y cuando ya tienes cierta experiencia en la conducción de tu vehículo, llega un momento en el que éste es como una prolongación de uno mismo y lo que la maquina hace es lo que en ese mismo instante tu cerebro quiere que haga, esto produce unas sensaciones difíciles de encontrar en otro artefacto a menos que seamos nosotros los que lo conducimos, aunque yo dudo mucho que conducir un tren pueda llegar a ser tan placentero.
Hace unos años, Marc Gené, cuando el reportero le preguntaba sobre cómo es posible que un piloto de coches se mueva en moto por su ciudad, aseguraba en una entrevista en el Periódico de Aragón que “la moto da sensaciones como las del coche de competición” .